La familia de Déborah ha pedido una pericia contradictoria después de que la Guardia Civil afirmara que su disco duro no había sido manipulado

VIGO, 2 (EUROPA PRESS)

La familia de Déborah Fernández Cervera, la joven viguesa que apareció muerta en una cuneta de O Rosal (Pontevedra) desnuda y rodeada de pistas falsas, ha solicitado una diligencia de “pericial contradictoria” después de que la Guardia Civil haya concluido en un informe que no hay indicios de manipulación del disco duro del ordenador de la chica.

Este ‘contrainforme’ fue solicitado por la jueza de instrucción número 2 de Tui, después de que los peritos de Lazarus (inicialmente propuestos por la propia magistrada) determinaran que el disco duro de Déborah había sido manipulado en algún momento después de haber sido entregado a la Policía Nacional.

Hace dos años, los expertos de la Guardia Civil intentaron analizar el contenido de ese disco duro y, tras un incidente en el juzgado, en el que “casi se quema” el dispositivo, concluyeron que no se podía llevar a cabo el análisis. Esto fue justo antes de que Lazarus realizara su estudio.

“Lo que nos llama la atención, es que la Guardia Civil es el cuerpo que tuvo hace dos años en su poder el disco duro de Déborah, y después de 6 meses dijo que no había podido acceder a su contenido”, ha señalado el abogado Ramón Amoedo, que ha añadido que, pese a lo ocurrido con esos peritos, y a que luego hubo informes tanto de Lazarus como de una empresa de parte de la defensa del único investigado (el exnovio de la chica, Pablo P.S.L.), la magistrada decidió “motu proprio” pedir un ‘contrainforme’ a la Guardia Civil.

Al respecto de ese ‘contrainforme’, que no ve evidencias de manipulación en el disco duro, la representación legal de la familia de Déborah ha indicado que se trata de un documento “muy ambiguo”, en el que los peritos vuelve a reconocer que no han podido acceder al contenido del dispositivo.

“PERICIAL CONTRADICTORIA”

Por ello, los letrados han pedido una “pericial contradictoria”, que se lleve a cabo de forma presencial en el juzgado, con presencia de los agentes de la Guardia Civil, y de los peritos de las partes, con los equipos técnicos adecuados, “para intentar saber cuál es la verdad”.

En todo caso, estos abogados han matizado que la manipulación o no del disco duro es un aspecto que “no afecta a la investigación de la muerte de Déborah” y que, ya está comprobado que “el disco duro fue borrado”.

Al respecto, ha recordado que la familia propuso la apertura de una pieza separada o de otro procedimiento, pero eso “no debe ser motivo para ralentizar la pieza principal”. “Y si no ven que la de Déborah fue una muerte homicida, que lo archiven de una vez”, ha reiterado.

Mientras, el proceso de instrucción de la causa sigue abierto en el juzgado de Tui, con un único investigado, el exnovio de Déborah, que en su declaración proclamó su inocencia. El próximo 8 de junio está prevista la declaración del experto forense y criminólogo Aitor Curiel, que elaboró el informe que determinó la etiología criminal de la muerte de la chica.

Por otra parte, con respecto a los intentos de los peritos de Lazarus para acceder a información del teléfono móvil de la víctima (que estuvo en paradero desconocido hasta septiembre pasado, cuando fue localizado de forma casual durante unas obras en dependencias policiales en Madrid), las pruebas realizadas hasta ahora con réplicas del terminal no han dado sus frutos, y los expertos ven casi imposible conseguir información como los contactos o la geolocalización debido a la pérdida de la tarjeta SIM.